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Lunes, 21 Septiembre 2020 14:01

Corredención de la Virgen María en Sta Teresa de Calcuta (3/5)

Escrito por Katarzyna Maria Krupa, HAM
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EL Padre Joseph Langford, es cofundador la rama masculina de las Misioneras de la caridad, dice: “al igual que en Belén, en Calcuta y en todo el mundo, Jesús «no puede ir solo» sin nuestra colaboración”a. Así viven los que van tras las huellas de santa Teresa de Calcuta, como colaboradores de Cristo; pero gracias a la visión que tuvo la santa, sabemos que no se puede cumplir este papel sin la Virgen Corredentora y Mediadora. Me pregunto a mí misma si esta visión fue el momento en que santa Teresa de Calcuta se dio cuenta de la importancia del anuncio del dogma sobre la mediación y corredención de la Virgen, o fue la raíz de toda su vivencia posterior, que dio como fruto esta convicción.

34b2028a6b549c3535d6c35abfad6e7cLo que sabemos es que santa Teresa vivía en constante presencia de la Virgen. La forma se puede encerrar en la frase: “Una fe sencilla en la presencia, el poder y el papel de Nuestra Señora en el plan de Dios, con total confianza en ella, con la confianza de un niño”. Santa Teresa se veía como una niña ante la Virgen, no solo en la visión de 1947 y no solo con las palabras,  sino que vivía totalmente como su niña pequeña. Se percibe en muchísimas situaciones cotidianas, pero significativas, que ella vivía con mucho humor, como por ejemplo cuando viajó en tren con una gran imagen de la Virgen de Fátima de tamaño natural en el asiento contiguo. Madre Teresa tenía el billete para sí y para su acompañante, pero el revisor no quería considerar a la figura como un acompañante real. La Santa le explicó que a veces ella le hablaba a la Virgen y ella le escuchaba, y otras veces la Virgen le habla a ella y la Madre Teresa le escuchaba. Ante estas palabras, el revisor finalmente se dio por vencido. 

Esta graciosa situación es solo un ejemplo de las miles que se podrían contar por los que tenían trato con santa Teresa de Calcuta. En su actuar se notaba continuamente su especial relación con la Virgen. Aquí podemos destacar dos formas de expresar esta relación:


1. La Novena Rápida
Ésta fue su arma para las situaciones de emergencia, su “arma de fuego graneado”. Consistía en rezar diez veces la siguiente oración atribuida a San Bernardo:

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado por esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!; y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. ¡Oh Madre de Dios!, no desechéis mis humildes súplicas; antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

Lo que llama atención es que aunque es una novena, la santa rezaba la oración diez veces, no nueve como cabría esperar. En este arma tan potente y eficaz podemos ver la fe de santa Teresa de Calcuta en la mediación de María. Justamente por esta fe la santa añadía el décimo Acordaos, porque lo ofrecía como agradecimiento por la gracia que iba a obtener rezando la novena. Ya al orar estaba segura de que se le iba a conceder lo que pedía. En esto también vemos la niñez de santa Teresa. Además, me parece importante destacar la oración que eligió. Existen muchísimas oraciones a la Virgen, pero ella eligió ésta, que contiene las palabras que expresan la fe en el poder de la Virgen, que nunca abandona al que le pide protección, asistencia o socorro. Lo que podemos deducir de la vida de santa Teresa de Calcuta nos lo confirma el postulador de la causa de su canonización -el Padre Brian Kolodiejchuk– que señaló que la oración Acordaos “expresa de manera efectiva su confianza en el poder de la intercesión de María como mediadora de todas las graciasb.

 

2. Consagración a la Virgen
El Padre Langford señala 8 componentes esenciales de la consagración a María de la Madre Teresa:

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  1. Seguridad total en el papel de la Virgen y su poder, que no deja duda que con ella podemos cumplir la misión a la que hemos sido llamados, y alcanzar la unión con Dios.
  2. Presencia constante y real de la Virgen, que nos acompaña en cada momento, nos escucha y mira con amor.
  3. Confianza absoluta en que la Virgen cuida nuestro presente y nuestro futuro cooperando con Dios Padre para nuestro bien.
  4. El abandono significa vivir en la práctica la confianza del punto anterior: entregarle nuestra libertad para que coopere con ella, dejándose guiar por ella con plena obediencia interior y exterior.
  5. La entrega de nosotros mismos es ponernos a su servicio, ayudarle a cumplir su misión y dar al Señor todo lo que tenemos y lo que somos a través de ella.
  6. Entrar en su corazón como en el templo en que habita la Trinidad, vivir la comunión espiritual con ella, escuchar y aprender de ella con la convicción de que nuestra alma se transformará en la imagen de Cristo por obra del Espíritu Santo que habita su interior.
  7. Compartir su oración, es decir, meditar en el corazón como ella la Palabra de Dios y escuchar a su Hijo.
  8. Compartir su misión viviendo a los pies de la cruz, acompañando a la Virgen allí en su pena por el sufrimiento de Cristo y llevárselo con ella a todos los necesitados.

Esta forma de consagración nos muestra un modo de vivir tomando a la Virgen como Corredentora y, como consecuencia de lo dicho, Mediadora de todas las gracias. En mi opinión, de la corredención nos habla especialmente punto 6 y 8. Entrar en el corazón de la Virgen es entrar en el misterio de la Santísima Trinidad que habita el ella – Padre, por “hágase en mí según tu palabra”, Hijo – Verbo Encarnado en ella, y Espíritu Santo que encontró en ella su templo y esposa. Dicho Espíritu viene con los méritos de la pasión y muerte de Cristo dándonoslos a través de ella. Por consiguiente, hace falta vivir como ella cerca de la cruz de Cristo, de lo que nos habla el punto 7, para consolar su corazón dolido por el sufrimiento de su Hijo y, junto con ella, consolar Su corazón y saciar la sed por las almas. Santa Teresa de Calcuta vivía así, consagrada a la Virgen y a Cristo sediento y dolido. “En la medida en que seamos en ella y de ella seremos en y de Cristo el Señor; en la medida que ella sea en nosotros, viviendo y orando, sirviendo y consolando, canalizando las aguas del Espíritu del Amor, podremos vivir las mismas gracias que vivió la Madre Teresa”c.

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a J. LANGFORD, Madre Teresa. Al amparo de Nuestra Señora. Enseñanzas de la Madre Teresa a través de su relación con la Virgen María (Planeta, Barcelona 2011) 33.

b https://www.aciprensa.com/noticias/esta-es-la-novena-de-emergencia-que-la-madre-teresa-rezaba-en-apuros-23189 (30.11.2019).

c J. LANGFORD, Madre Teresa. Al amparo de Nuestra Señora. Enseñanzas de la Madre Teresa a través de su relación con la Virgen María (Planeta, Barcelona 2011) 99.

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