La iniciativa, que fue promovida por el Foro Mariano Diocesano, encontró una amplia acogida entre los fieles de la Diócesis de Getafe, e incluso más allá de sus fronteras. Fueron más de ochocientos los que se prepararon durante 33 días a la consagración, según recomienda San Luis María Grignon de Montfort, su gran impulsor. Aquí pueden verse las meditaciones empleadas.
Entre los presentes se encontraban familias enteras, ancianos, novios, enfermos, sacerdotes y religiosas. Toda la Iglesia estuvo representada en este significativo número de cristianos que quisieron a través de este medio profundizar su relación filial con la Santísima Virgen María.
La Consagración personal tuvo lugar al finalizar la Santa Misa, en la que el obispo D. Ginés García Beltrán ya había Consagrado al Inmaculado Corazón de María toda la diócesis de Getafe (véase foto superior).
En comunión con esta misma consagración, numerosos fieles quisieron luego expresar más intensamente su amor y confianza a la Madre de Dios poniendo en sus manos todos sus méritos y obras, pasadas, presentes y futuras. Lo hicieron todos juntos según la fórmula que el Foro Mariano les había entregado.
Terminada la Consagración, todos los allí presentes se acercaron a la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles poniendo a sus pies la fórmula de Consagración firmada por ellos y una flor (véase foto inferior).
El momento, de recogimiento y piedad mariana, fue acompañado por cantos, en un marco de profunda oración y gratitud por todos los beneficios recibidos de Nuestra Madre del Cielo.
Damos gracias a Nuestra Santísima Madre por darnos siempre muestras de su maternal protección.
Finalizamos esta noticia con un extracto de las palabras que dirigió a los fieles Monseñor José Rico Paves:
“Con palabras sabias de san Juan Pablo II, reconocemos que «si nos dirigimos al Corazón Inmaculado de María, Ella con toda seguridad, nos ayudará a vencer la amenaza del mal, que tan fácilmente se arraiga en los corazones de los hombres de hoy y que con sus efectos inconmensurables pesa sobre la vida presente y da la impresión de cerrar el camino hacia el futuro. Nuestro Acto de consagración remite en último término al Corazón de su Hijo, pues, en cuanto Madre de Cristo, Ella se halla totalmente unida a la misión redentora... María orienta todas las cosas hacia su Hijo, que escucha nuestras oraciones y perdona nuestros pecados. Así, al consagrarnos al Corazón de María, encontramos un camino seguro hacia el Sagrado Corazón de Jesús, símbolo del amor misericordioso de nuestro Salvador. El acto de encomendarnos al Corazón de Nuestra Señora establece una relación de amor con Ella, pues le encomendamos todo lo que tenemos y todo lo que somos»”.
REPORTAJE GRÁFICO (pínchese para ver la foto):
+ La Basílica, momentos antes de la Vigilia
+ Procesión de salida de la Eucaristía de la Inmaculada Concepción
+ Consagración de la Diócesis de Getafe a la Virgen María
+ Consagración personal de los fieles a la Virgen María
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