En este año de 1940 publicó su estudio de doctorado sobre la co-redención en latín con muchos datos sobre los diferentes autores, sus opiniones, sus razones positivas y negativas sobre el tema, etc. En ese momento el debate era grande entre los teólogos. Su obra tenía dos secciones:
- La maternidad espiritual de María en las Escrituras y en la tradición. Los puntos principales son los mismos que los postulados por el P. Bover: María como la segunda Eva, y su maternidad del cuerpo de Cristo, la Iglesia, porque ella es la madre de la Cabeza, Cristo mismo.
- El movimiento teológico de la maternidad espiritual hacia la co-redención. Presenta una investigación de la cuestión en la liturgia, los papas y los padres de la Iglesia; responde a las dificultades clásicas de la corredención, y explica su relación teológica con la maternidad espiritual.
Ese mismo año publicó un manual sobre Mariología, “Títulos y Grandezas de María”, explicando todos los misterios y prerrogativas de Nuestra Señora. Su principio teológico en el manual fue María como la Madre del Christus Total (Cabeza y Cuerpo), dividiendo su trabajo en tres puntos:
1. Cómo se preparó para esta maternidad desde el principio.
2. Cómo ella, de hecho, actúa como Madre de Jesús y Madre de la Iglesia.
3. Cómo es su glorificación: la gloria de la Madre.
Para nosotros, el punto interesante es el desarrollo de María como Madre de la Iglesia. Ahí es donde el P. Narciso profundiza en la mediación y la co-redención. El título de mediadora implica tres funciones, una de ellas la de Co-redentora: María realmente coopera en nuestra salvación. Saca muchas conclusiones en este tema, distinguiendo entre las que considera ciertas y las que ve dudosas. Legitima el título de Co-redentora de diferentes maneras: principalmente como una segunda Eva y como pareja de Cristo. Considera que hay un mérito real en María, analógicamente, en su colaboración salvífica. La segunda función de la mediación es abogar por toda la humanidad y la tercera es dispensar todas las gracias. Estas dos funciones también se desarrollan en detalle.
Después de completar estos trabajos, el P. Narciso trabajó arduamente durante 30 años como presidente de la Sociedad Mariológica Española y director de su revista, además de ser un gran divulgador de la co-redención mariana asistiendo a Congresos Marianos Internacionales en todo el mundo. En 1951 fundó otra revista mariana, Ephemerides Mariologicae, y algunos años más tarde fue llamado a participar en el Concilio Vaticano II como consultor de los obispos españoles. Cuando se aprobó el documento sobre María y la Iglesia, Lumen Gentium, en noviembre de 1964, se desanimó, aunque pronto pudo leer el texto de una manera muy positiva. Una nueva perspectiva mariológica y orientaciones innovadoras nacieron a la luz del capítulo 8 de Lumen Gentium. El P.Narciso fue el teólogo español que más a menudo publicó artículos y estudios sobre este tema, destacando siempre los aspectos de la mediación mariana.