Domingo, 15 Diciembre 2019 01:01

Comentario a la homilía del Papa en la misa de Ntra. Señora de Guadalupe Destacado

Escrito por AGG
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tilma 2

Se ha producido cierto revuelo tras la homilía pronunciada por el Papa Francisco en la misa de Nuestra Señora de Guadalupe (Basílica de San Pedro, 12/12/2019), debido a dos afirmaciones: una referida a la co-redención de María al inicio, y otra al final sobre la petición genérica de proclamar nuevos dogmas.

Lo primero que hay que señalar es el género literario: una homilía no escrita, sino dicha de palabra, sin papeles. Con lo cual, sí, son palabras del Papa, que salen de su corazón, preparadas y pensadas, pero no aquilatadas por la precisión de un texto que escribe y se publica. A continuación puede verse el vídeo de la homilía para sopesar mejor las palabras del Papa:

 

Lo segundo, mucho más importante, es no caer en titulares sensacionalistas que sean imprecisos, como por ejemplo se lee en una web: “La Virgen María no es ‘corredentora’ y no hay que ‘perder el tiempo’ con nuevos dogmas, ha dicho en la misa dedicada a la Virgen de Guadalupe el Santo Padre, que ha calificado de “tontería” la idea de este nuevo dogma”.

Para ser exactos con la verdad subrayemos lo siguiente, primero en relación a “María corredentora”:

  1. La intención de la homilía no es abordar la cuestión de si María es corredentora, sino indicar que ella es en primer lugar “discípula” de Cristo, obediente en todo a él, y que nunca buscó primeros puestos ni rivalizar con su Hijo, ni pretender los títulos de su Hijo. En ese contexto indica que María no quiso para sí nada que fuese de su Hijo, el único redentor: “Fiel a su Maestro, que es su Hijo, el único Redentor, jamás quiso para sí tomar algo de su Hijo. Jamás se presentó como co-redentora. No, discípula”.
  2. El Papa no dice que María no sea corredentora, sino que ella no se presenta a sí misma como tal. Y es verdad. María se presenta siempre como la humilde sierva del Altísimo, tanto en la anunciación del ángel Gabriel (“He aquí la esclava del Señor”) como en la visitación a Isabel (“Dios ha mirado la humildad de su sierva”), donde tampoco oculta el gran designio divino sobre ella (“el Poderoso ha hecho obras grandes por mí”). Ciertamente, el Papa Francisco subraya que ella es la discípula perfecta, y es en esto en lo que debemos imitarla, pues es su mayor grandeza.
  3. Que María no se presente como corredentora no significa que no lo sea. María tampoco se presenta como Inmaculada, ni como asunta al cielo, y sin embargo lo es. El Papa no entra en la reflexión teológica de si el título de corredentora le corresponde o no; simplemente ejemplifica que durante su vida ni pretendió dicho título, ni hizo nada que fuese propio de su Hijo.
  4. El término corredentora tiene dos acepciones: “la que redime con Cristo (implica dos redentores)” y “la que colabora con el Redentor”. El Papa indirectamente alude a la primera acepción, que es la única que pretendería para María algo de su Hijo: ser redentora como Él. Esta acepción, impropia de María por rivalizar con Jesús, es la que rechazamos también en este Foro y, en general, en la mariología moderna. Estamos por tanto en perfecta comunión con el Santo Padre en este punto, pues entendemos corredención como colaboración imprescindible y única a la redención. Esto no toma nada de su Hijo Redentor, que es lo que critica el Papa, del mismo modo que celebrar la fiesta de María Reina no quita nada a su Hijo como Rey del universo.
  5. El Papa menciona en la homilía los títulos que recibe la Virgen, como algo propio que hacen sus hijos. Dice que son expresión del amor filial de los cristianos hacia la Virgen, su Madre y Señora: “siempre buscó alabarla con nuevos títulos: eran títulos filiales, títulos del amor del pueblo de Dios, pero que no tocaban en nada ese ser mujer-discípula”. En efecto, son títulos que no eliminan la condición de discípula, como tampoco lo hace el título de corredentora en su segunda acepción.
  6. Tras los títulos menciona el título de corredentora, precisamente como ejemplo de uno de esos títulos que por amor filial se le atribuye… pero ¡¡no critica el hecho de que se le atribuyan!! ¡¡Nadie dejará de rezar las letanías del rosario por escuchar esta homilía!! El Papa simplemente subraya que por encima de todos los títulos destaca el primero que María quiso para sí, el de discípula.
  7. Por otra parte, quizá el Papa no se sienta muy atraído por el título “corredentora”… pero sí por el de “Madre”, que es el que desarrolla después de hablar de María discípula: “María es Madre nuestra, es Madre de nuestros pueblos, es Madre de todos nosotros, es Madre de la Iglesia, pero es figura de la Iglesia también. Y es madre de nuestro corazón, de nuestra alma”. Esto que afirma el Papa es exactamente una de las conclusiones que vamos obteniendo en nuestro Foro: que el título fundamental de María, cuando pensamos en su colaboración a la salvación, es el de Madre de la humanidad y de los cristianos. Los demás títulos que puedan estar relacionados con la redención/salvación (corredentora, abogada, mediadora, auxiliadora, consoladora, defensora, protectora…) son secundarios y dependientes de éste. Por eso el Papa, como es propio de una homilía, se queda con lo esencial: “María mujer, María madre, sin otro título esencial. Los otros títulos —pensemos en las letanías lauretanas— son títulos de hijos enamorados que le cantan a la Madre, pero no tocan la esencialidad del ser de María: mujer y madre”. 

Pasemos ahora a reflexionar sobre la segunda afirmación, la de “declarar dogmas”:

Lo primero que conviene notar es que no lo dice al hablar del título de “corredentora”, por lo que no están necesariamente relacionados, tal como pretenden algunos titulares. El Papa hace la mención al final de la homilía, al subrayar el tercer aspecto que él ve en la Virgen de Guadalupe, su mestizaje: “Se mestizó para ser Madre de todos, se mestizó con la humanidad. ¿Por qué? Porque ella mestizó a Dios. Y ese es el gran misterio: María Madre mestiza a Dios, verdadero Dios y verdadero hombre, en su Hijo”.
Es entonces, tras mencionar la maternidad de María, el momento en que dice: “cuando nos vengan con historias de que había que declararla esto, o hacer este otro dogma o esto, no nos perdamos en tonteras: María es mujer, es Nuestra Señora, María es Madre de su Hijo y de la Santa Madre Iglesia jerárquica”. Fijémonos en lo siguiente:

  • ¿A qué está llamando el Papa “perderse en tonteras”? Podemos pensar que se refiere al hecho de pretender la proclamación de nuevos dogmas… pero quizá también se refiera al contenido de lo que se pretenda proclamar. “Tonteras” parece tener aquí el sentido de “cosas secundarias, que no van al centro de lo que debemos vivir”. El Papa no está prohibiendo que se le pidan nuevos dogmas, sino que lo da como un hecho que sucede o va a suceder… pero lo que sí dice claramente es que nada nos descentre de lo esencial, de lo que es María por encima de todo. Y ahí vuelve a mencionar la centralidad de su maternidad divina y de toda la humanidad, el núcleo gordiano de la verdad que queremos profundizar en este Foro y del llamado 5º dogma mariano. Éste, a lo largo del siglo XX ha ido focalizándose precisamente en la maternidad de María, dejando en un lugar subordinado los títulos de Mediadora y Corredentora, que en el pasado ocuparon el lugar teológico central.
  • Con respecto a la postura personal del Papa Francisco y la proclamación del 5º dogma mariano, ciertamente da la impresión de que no tiene una especial disposición a proclamarlo. Pero esto no debe sorprender a nadie, pues es lo normal. Si el Papa considerase que se debe proclamar, ya lo habría hecho. Y si no lo ha hecho es porque no lo ve. De ahí que haya personas que, creyendo que el dogma es un bien para la Iglesia y la humanidad, le pida que lo proclame y le dé sus razonamientos y motivos. Así ha sido siempre en la historia de los dogmas: han tardado siglos en proclamarse. Durante esos siglos los Papas no lo han juzgado conveniente, hasta que la maduración de la reflexión teológica y la iluminación del Espíritu Santo han movido al Papa correspondiente a proclamar el dogma: Pío IX en 1854 (Inmaculada concepción) y Pío XII en 1950 (Asunción).
  • Por lo tanto, si alguien en conciencia cree que es un bien que el Papa proclame un 5º dogma, es deber moral que se lo haga saber. Del mismo modo que si el Papa, en conciencia, ve que no es un bien para la Iglesia, no debe proclamarlo. Frente al derecho a pedir, está el derecho a no conceder lo que se pide, pero ambos derechos se mantienen. Así, quien crea que debe pedir, que pida.

¿Proclamará el Papa Francisco un 5º dogma mariano? Probablemente no pero, gracias a esta homilía, sabremos que si lo hace no será por una disposición personal favorable, sino por especial gracia divina. ¿Se proclamará alguna vez en el futuro el 5º dogma por otro Papa? Solo Dios lo sabe. A nosotros nos toca seguir profundizando en la verdad de María y la salvación, conocerla y amarla más, y ofrecer una reflexión profunda basada en la Revelación, la Escritura, la Tradición, el Magisterio, los santos… y con respecto a pedir la proclamación dogmática, cada uno obre conforme a sus conclusiones y conciencia, buscando el mayor bien y siempre en comunión y obediencia a la cátedra de Pedro.
¡Nada sin María!

N.B.- Desde el Apostolado de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y María, han traducido este artículo a diversos idiomas para darle difusión. Puede verse en pinchando AQUÍ.

 

Visto 5275 veces Modificado por última vez en Martes, 09 Noviembre 2021 12:26

Comentarios   

¿Al igual que su hijo Jesús? ¿Y punto?
La "Comisión Teológica Internacional" publicó en 1994 un documento que recogía las conclusiones de amplias y prolongadas discusiones sobre la teología de la redención. La Comisión, presidida entonces por el cardenal Joseph Ratzinger, aprobó este documento "in forma especifica". Esto quiere decir que fue revisado y aprobado por el mismo Papa, entonces Juan Pablo II, es decir, que adquirió la fuerza canónica de un acto papal formal. De dicho documento, el cual --según sus propias palabras-- pretende ofrecer un punto seguro de referencia, extraigo la frase con que doy cumplida respuesta a las perentorias --e igualmente desafortunadas-- afirmaciones que José Jurado Galán hace en su intervención (ver su comentario a continuación en esta misma sección):

"Los cristianos son invitados a confesar y predicar a Cristo como EL ÚNICO Y SOLO REDENTOR (las mayúsculas son mías."

https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/cti_documents/rc_cti_1995_teologia-redenzione_sp.html
Es Corredentora María ?
Excelente explicación de nuestro sacerdote Agustín a la homilía del Papa Francisco , sobre María cómo Corredentora.
Ningún Dogma de los que se le han concedido a María , fue ni sencillo , ni rápido , todo lo contrario , un debate en nuestra Iglesia muy profundo , con posturas diferentes de grandes Teólogos y que al final dieron el fruto deseado.
Mi humilde opinión es : " Ya que María es Madre de Dios , Inmaculada Concepción , la Nueva Eva , que por Ella empezó la Salvación nuestra , sí Ella es todo esto , además de Madre y esposa de la Santísima Trinidad y está tan unida a Ella , por lógica , por raciocinio humano , por sentido común ... " Ella nos redime junto con su Hijo Jesús "
Por lo tanto " María es , y debe ser Corredentora cómo Dogma de Fe , al igual que su Hijo Jesús " .
Y Punto.
Por lo tanto no nos desanimemos , al final lo conseguiremos , con la ayuda claro está de María y siempre guiados por el Espíritu Santo , acompañando siempre con nuestras Oraciones !! .

José Jurado.
Reacción al comentario del Papa
Es cierto que cuando leí lo que el Papa había dicho con relación a la proclamación de un futuro dogma sobre la corredención de María, quedé muy desconcertada.
Pero después de leer el artículo del padre Agustín y reflexionar sobre el tema, he llegado a la conclusión de que los gustos personales o el propio criterio del Papa en sí, no pueden ser un obstáculo cuando llegue el momento fijado por Dios para su realización,. Pensándolo bien, el modo de actuar de Dios en estos casos es siempre hacer que triunfe su voluntad en medio de las mayores dificultades humanas. Así se manifiesta que es cosa suya únicamente.
Me siento ahora más que nunca impulsada a seguir rezando para que pronto llegue el día en que nuestra Madre sea proclamada solemnemente nuestra Abogada, Mediadora y Corredentora. .Y después entonar con el anciano Simeón
el "Nunc dimitis"

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