Jueves, 04 Enero 2018 12:45

3. Conveniencia ecuménica

Escrito por AGG
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En el s.IV convino fijar la fe sobre la divina naturaleza de Jesucristo con el término homoousios, a pesar de que esto produjo cismas con los arrianos y separaciones profundas en la Iglesia. En el s.XXI, cuando los cristianos estamos divididos en católicos, ortodoxos y protestantes, consideramos que conviene fijar la colaboración única de María a la obra salvífica de su Hijo con el término "corredentora".

Conveniencia Ecumenica

Si un término aplicado al Hijo eterno del Padre separó a los cristianos del siglo IV, un término sobre su madre nos llevará a la unidad en el siglo XXI, aunque humanamente pueda pensarse que nos separará más.

Cuando nuestra alma, el alma de la Iglesia, a través de una definición dogmática, proclame la grandeza del Señor que ha hecho obras grandes en su humilde esclava María (cf. Lc 1,46ss), será posible que ella lleve a cabo la unidad de sus hijos. Si en una familia los hermanos se distancian entre sí, el mejor camino para su reconciliación es la labor amorosa y reconciliadora de la propia madre. La unidad de los cristianos no será fruto de los esfuerzos humanos (que no obstante nunca deben faltar), sino que será un don del cielo a través de María (aparente obstáculo del ecumenismo): ella, como madre, es la única capaz de reunir a sus hijos separados en una sola familia.

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Visto 4118 veces Modificado por última vez en Lunes, 13 Septiembre 2021 19:25

Comentarios   

¡Obremos por el amor!
Una buena madre, y la Iglesia lo es, no puede “poner nada delante de sus hijos —nosotros mismos y nuestros hermanos separados— que los haga tropezar y caer" (Rom 14, 13). Conminaba Pablo a los romanos a no afligir al hermano por una cuestión de alimentos, a la par que los exhortaba a buscar lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. Si no obra por el amor quien por un alimento aflige al hermano, ¿no podría decirse lo mismo de quien por una palabra lo aflige innecesariamente?

Yo me adhiero, respecto del ecumenismo, como en todo lo demás, a la sana doctrina del Magisterio, y en modo alguno lo entiendo como un absurdo cambalache. Ahora bien, no ha de ser nuestro amor menor que nuestra firmeza.

La Iglesia hablaba en cierto modo por boca de Pablo cuando éste afirmó “que todo le está permitido, mas no todo siempre es conveniente” (1 Cor 6, 12). Distinto sería si se encontrase un término menos ambiguo. No obstante, doctores tiene la Iglesia.
Convenciencia
Si la Corredención mariana sea verdad, el ecumenismo, que consideran muchos que hoy está ya muy atascado, más allá de gestos mediáticos cuya bondad no se niega, no se resentirá en el fondo, porque la unidad hay que construirla sobre la verdad. No es presuntuoso; más bien esto responde al sano criterio de edificar la unidad sobre el diálogo de identidades y no sobre el ocultamiento de las mismas. Ése es el criterio sobre ecumenismo que estableció Juan Pablo II en la encíclica Ut unum sint.
De posible inoportunidad de nuevos dogmas, etc... recordemos que la Iglesia ha declarado los dos últimos sobre María con toda tranquilidad, y el mundo no se ha hundido ni hemos por ello divinizado a Nuestra Señora. La cuestión es indagar si es verdad o no que en María hay una corredención especial.
Temeraria presunción
Una presunción ciertamente temeraria. Además, se prueba la incoveniencia pero se afirma la conveniencia.

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