En otras noticias que publicaremos en las próximas semanas se explicará la importancia que tuvieron estos votos y promesas en la proclamacion del dogma de la Inmaculada, así como en el de la Asunción. Tambien veremos el papel que pueden tener en el presente.
Ahora simplemente queremos subrayar que hacer un "voto" de una defensa de una verdad no es simplemente manifestar que se está de acuerdo con esa verdad, o que se vota a favor de ella, como en unas elecciones, cuando se vota la opcion que uno considera más favorable. No es el resultado de una encuesta, o la recogida de una firma para manifestar apoyo. Hacer un voto es más profundo, más vital, más comprometido. La palabra "voto" en este contexto tiene el mismo significado que cuando, por ejemplo, los religiosos hacen "sus votos". Es sinónimo de promesa o juramento. Hacer voto de pobreza, obediencia o castidad significa hacer la promesa solemne de vivir esos ideales evangélicos, empeñando toda la vida en ello cuando los votos son perpetuos. Del mismo modo, estar dispuesto a hacer el voto de defensa del 5º dogma mariano implica hacer el juramento y la promesa de creer y defender esa verdad (que explicaremos más detenidamente en otros artículos), del mismo modo que defendemos y creemos cualquier otra verdad del Credo. Del mismo modo que un cristiano, por definición, está dispuesto a morir mártir por defender la divinidad de Cristo, uno que hace un voto por el 5º dogma está dispuesto a dar su vida por defender esa verdad de María.
Como se trata de algo serio, queremos dejarlo claro desde el principio. Y queremos que todos seamos muy conscientes de lo que hacemos y de aquello a lo que nos comprometemos, movidos por amor a María Santísima, a la Iglesia católica y a la verdad. Por esto mismo, queremos ayudar a los que quieran hacer este voto a que se preparen adecuadamente. Tambien es bueno saber que si uno ahora no se siente preparado, habrá más ocasiones en el futuro, pues la intención es renovarlo cada año.