Viernes, 20 Diciembre 2024 15:37

María, Virgen y Madre reconciliadora de todos los pueblos y naciones, Betania, Venezuela (1976-1989)

Escrito por Carlos Ruiz Saiz
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De la mano del P. Carlos nos introducimos en esta poco conocida aparicion de la Virgen en Venezuela como "Reconciliadora de todos los pueblos y naciones" de la tierra.virgen de betania copy

APROBACIÓN ECLESIÁSTICA

A partir del momento de la aparición pública en 1984 comienza una investigación por parte del Obispo de la Diócesis de Los Teques, Monseñor Pío Bello, que culmina con la aprobación oficial asentada en un documento pastoral donde declara que las apariciones en Finca Betania: "Son auténticas y tienen carácter sobrenatural; por lo tanto, el sitio debe ser considerado como sagrado y ser tenido como meta de peregrinación y como lugar de oración, reflexión y culto, en el que puedan realizarse actos litúrgicos de acuerdo a las normas de la Iglesia Católica”.

Monseñor Pío Bello Ricardo, para llegar a esas conclusiones, consultó primero con el Santo Padre San Juan Pablo II y después comunicó todas las informaciones al Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, manteniéndose en continuo contacto con él a través del Nuncio Apostólico en Caracas.

HISTORIA

Durante un tiempo previo a las apariciones, la vidente, María Esperanza -laica, casada y con varios hijos-, recibió mensajes de la Virgen en los que le daba pistas acerca del lugar donde se iban a desarrollar las apariciones. Ella reconoce el lugar -Finca Betania- finalmente, en marzo de 1974. Las apariciones de Finca Betania comenzaron el 25 de Marzo de 1976. La señora María Esperanza fue la única persona que vio a la Virgen ese día. A partir de ese momento muchas personas comenzaron a visitar el sitio para orar, especialmente durante los días de fiesta de la Virgen. El Obispo de la Diócesis, Monseñor Bernal, permitió la celebración de algunos actos litúrgicos. Durante ese año, y los dos que le siguieron, la vidente afirmaba haber visto a la Virgen en algunas ocasiones y haber recibido importantes mensajes.

Como había sido profetizado por María, el domingo 25 de marzo de 1984 estaban en Finca Betania un grupo de aproximadamente ciento cincuenta personas que habían sido invitadas para la celebración de una misa campal como venía ocurriendo desde el 25 de marzo de 1976. Después de la misa, los invitados se dispusieron a comer algo y a descansar. Mientras, algunos jóvenes y niños vieron con sorpresa aparecer a la Santísima Virgen sobre la cascada, en medio de la foresta. Ellos dieron la voz y todos llegaron al sitio de la aparición, la cual había durado muy poco tiempo. Pero la Virgen volvió a aparecer pudiendo ser vista por todos los presentes. Los asombrados testigos vieron durante largo tiempo a la Madre de Dios, presente y amorosamente dispuesta a dejarse admirar. Esa tarde tuvieron lugar siete apariciones que duraron de cinco a diez minutos cada una, menos la última, ya al atardecer, que tuvo una duración de aproximadamente media hora. Al menos ciento ocho personas atestiguaron esta aparición, el mismo día, con su firma. Esta aparición fue la base para la investigación del obispo, resultando tan contundente por la cantidad y calidad de lo testimoniado, que sustentó la esencia de la aprobación de la Iglesia a la aparición de Finca Betania.

Multitud de fenómenos sobrenaturales han sucedido en el lugar y en la vida de la vidente. Además de curaciones milagrosas, hasta 2000 personas aseguran haber visto a la Virgen en diferentes maneras y modos. Ahora bien, lo más importante de lo ocurrido fue un milagro eucarístico: El 8 de diciembre de 1991, día de la Inmaculada Concepción, mientras el capellán de Betania, el padre Otty Ossa, estaba celebrando la Santa Misa en la capilla del santuario, en el momento de la consagración la Sagrada Hostia comenzó a sangrar. El padre Otty explica lo ocurrido:

“Partí la Hostia en cuatro partes. Cuando miré la patena, no podía creer lo que veían mis ojos: Vi una mancha roja formándose en la hostia y de ella comenzaba a emanar una sustancia roja, de modo similar a la manera que la sangre sale de una perforación. Después de la Misa, tomé la hostia y la guardé en el sagrario. Al día siguiente, a las seis de la mañana, observé la hostia y encontré que la sangre era fluida y luego empezó a secarse. Sin embargo, hasta hoy, todavía luce fresca. Asombrosamente, la sangre está solamente por un lado, sin pasar al otro lado, a pesar de lo delgada que es la hostia”.

La hostia se conserva en la localidad de Los Teques, en el convento de las Religiosas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, donde es expuesta para la adoración de los fieles y es visitada por numerosas personas. Muchos sucesos han ocurrido con relación a la hostia sangrante. 

MENSAJES

Son muchos, y no tienen la forma breve de otras apariciones, sino que -en mi opinión- se reciben como palabras de conocimiento o revelación, de modo que la vidente recuerda expresiones, sentimientos, pero sobre todo el núcleo del mensaje. Por ello, hay que estar atentos para no perdernos en las expresiones, a veces vacilantes o algo confusas. Tengamos también en cuenta la cultura venezolana a la que pertenece la sierva de Dios, María Esperanza, y la gente a la que van dirigidos en primer lugar estos mensajes, pues aunque el idioma es el castellano, no se utiliza de la misma manera que en España, no sólo por las palabras sino también por la forma -en este caso más dulce y recargada como en Guadalupe-. 

El primer mensaje en la primera aparición, el 25 de marzo de 1976 es este, y recoge lo fundamental de los demás:

25 de marzo de 1976 8:30 a.m.

Hijita, aquí me tenéis con mis manos enriquecidas de gracias y envueltas con los resplandores de luz, para llamar a todos mis hijos a la conversión; ¡esta es la semilla de gloria que les ofrezco como María Reconciliadora de todos los Pueblos y Nacionesporque vengo a reconciliarles! ¡Reconciliación es la herencia de la fraternidad divina de mi Divino Hijo! ¡Hijita, lleva mi mensaje a todos, os guardaré aquí en mi Corazón desde hoy y por siempre!

Otros mensajes son, por ejemplo:

Hijita: cuando todos los hombres de la Tierra tomen su cruz amorosamente, ya no habrá más dolor ni llanto, porque vivirán resucitando cada día con mi amadísimo Hijo en un constante y vivido ¡aleluya… aleluya… aleluya! Hijita mía, yo deseo que vos les hagas sentir el valor de la oración y la importancia de mi nueva aparición como Reconciliadora de los Pueblos, ya que bajo esta advocación encontrarán las condiciones esenciales y determinantes para preparar sus almas para recibir la gracia del Espíritu Santo… con las comunicaciones y visitas del Señor por la fe… ya que la fe es la base del cristianismo y el aumento de esa misma fe hará que busquen con sincero amor al Padre nuestro y al Corazón de mi Divino Hijo junto al mío. ¡María Reconciliadora de los Pueblos!”.

“Hijita, hijitos: Aquí estoy, conviviendo entre vosotros. Hijitos, mi Corazón late de delicias celestiales al contemplar cada rostro vuestro que viene a buscar la esperanza de días mejores, para afianzar vuestros pasos en el camino que conduce al Monte Sión, ya que mi fuente de aguas de Betania debe reconstituir vuestras almas a una vida nueva, que los lleve a vivir una vida de apóstol, o sea,  de servicio, de entrega a la misión de amor, que debe reafirmar vuestra confianza, a la luz del nuevo amanecer de mi Divino Jesús. Él, mi amadísimo Hijo, desea que todos vosotros viváis acunados en este Corazón materno, con los carismas y gracias del Espíritu Santo, logrando por ese medio que todos mis hijos se den la mano basados en el mandamiento “Amaos los unos a los otros…” Es la única verdad que puede salvar al hombre de una guerra entre hermanos. O sea, que en estos tiempos recurran a la buena siembra del bien, que es lo que identifica el amor y la verdad de un Pueblo de Dios que anhela justicia social, ya que mientras no se unan vivirán vida de angustia, pena, sombra y quebranto. He aquí hijitos, el amor de una Madre que os ama… para servir de punto de partida a una Ley de Justicia, Amor, Paz y Reconciliación. Oración… Meditación… Penitencia… Eucaristía. ¡María Reconciliadora de los Pueblos!”

COMENTARIO

1. Estamos en la misma línea. El mensaje fundamental es la conversión. Pero hay un matiz que había comenzado en Amsterdam, y que irá creciendo cada vez más, y es la llamada a la reconciliación. Desde Fátima la conversión se vincula a la paz de la misma manera que la apostasía a la guerra. De alguna manera este aspecto es un desarrollo de este primero: la reconciliación es el fruto de la conversión, de la reconciliación con Dios, de igual manera que la separación de Dios lleva como fruto la división y enfrentamiento entre los hombres. Creo que esto es importante. Es muy interesante que apenas nueve meses después de la primera aparición, San Juan Pablo II publicó su Exhortación apostólica “Reconciliación y penitencia”, el 2 de diciembre de 1984. Estos dos conceptos son las grandes llamadas de Nuestra Señora: a la penitencia o conversión, y desde 1984 a la reconciliación.

2. Nuestra Señora en muchas ocasiones le dice que el Padre está preparando un nuevo tiempo, “el nuevo amanecer de mi Divino Jesús”, y lo describe como un tiempo donde los hombres, habiéndose convertido, y asumiendo con Jesús el sufrimiento: “cuando todos los hombres de la Tierra tomen su cruz amorosamente, ya no habrá más dolor ni llanto, porque vivirán resucitando cada día”. No se puede tratar de la Parusía pues habla de cargar la cruz. Puede referirse al tiempo del milenio del que habla Apocalipsis 20,1-6. Una etapa, vencido el Anticristo, donde la Iglesia purificada, brilla como Iglesia luminosa, hacia la que muchos de todos pueblos y naciones, caminan para buscar consuelo, consejo, y sobre todo para buscar a Dios. A este tiempo se refieren muchos de los oráculos de Isaías y también otros profetas, por ejemplo, Miqueas 4,2: “Vendrán muchas naciones y dirán: Venid y subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que Él nos instruya en sus caminos, y nosotros andemos en sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor”. Esto está dicho, tal cual, en algunos de los mensajes: “para afianzar vuestros pasos en el camino que conduce al Monte Sión”, etc. 

3. También es importante que esta aparición y sus mensajes se encuadran en el signo de los tiempos del “enfriamiento de la caridad”: "Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría" (Mt 24,12). Esta expresión de Jesús viene después de otra: “En aquel tiempo muchos se apartarán de la fe; unos a otros se traicionarán y se odiarán” (Mt 24,10). Por lo tanto, el crecimiento del odio y la traición es uno de los signos de los tiempos porque procede de la pérdida de la fe. 

4. De nuevo Nuestra Señora se aparece en un país en el que va a suceder algo terrible, intentando evitarlo como madre. En este sentido, es llamativa la llamada en varios mensajes a la justicia social para producir la reconciliación y la unidad. Sabemos cómo se ha desarrollado la cuestión en Venezuela: de nuevo “los errores de Rusia” que destruye países, como profetizó en Fátima. Esto era algo impensable en la próspera Venezuela de aquellos tiempos. Pero sobretodo es la llamada a la oración, especialmente con el Santo Rosario, y la vida eucarística, para impetrar la conversión de los pecadores que pueda evitar esos males. 

5. También se insiste mucho en el papel de la familia que está muy presente a partir de las mariofanías del siglo XX, como ya hemos comentado.

6. Finalmente, se anuncia una efusión especial del Espíritu Santo, porque Jesús desea llenar a todos sus elegidos con las gracias y los carismas del Espíritu Santo: “Él, mi amadísimo Hijo, desea que todos vosotros viváis acunados en este Corazón materno, con los carismas y gracias del Espíritu Santo, logrando por ese medio que todos mis hijos se den la mano”. Esta promesa está anunciada por muchos hombres y mujeres de Dios, algunos canonizados como san Luis María Grignon de Monfort, y otros en camino, como la venerable Marthe Robin. 

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